miércoles, 12 de agosto de 2015

UPA Joven insta al Gobierno a promover el relevo generacional en el campo "antes de que sea demasiado tarde"


Con motivo del Día Internacional de la Juventud, la organización agraria quiere recordar que el relevo generacional en el campo es uno de los problemas más importante a los que se enfrenta nuestra economía en un futuro que cada vez está más próximo.

  • En España casi la mitad de los propietarios de explotaciones tiene más de 55 años, pero en algunas Comunidades la situación es muy preocupante.
  • Las trabas económicas y sociales que encuentran los jóvenes para trabajar y vivir en el campo debilita el relevo generacional y ensombrece nuestro futuro agrícola.
  • La organización agraria proprone un decálogo de medidas que permitirían rejuvenecer y dinamizar la agricultura y la ganadería.

 
 
La organización joven de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA Joven, aprovecha que hoy se conmemora el Día Internacional de la Juventud de la ONU para recordar las trabas que este sector de la población tiene para trabajar y vivir en el medio rural. "El alto envejecimiento de la agricultura y la ganadería, sectores estratégicos para cualquier país, es un peligro para el futuro económico de España", advierten desde la organización agraria.
 
El alto nivel de envejecimiento de la población activa del campo es uno de los problemas estructurales de la agricultura y la ganadería españolas. Esto condiciona no sólo la eficacia económica de las explotaciones, su capacidad de innovar, competir y adaptarse, sino que también determina, sobre todo, el relevo generacional y el futuro de estos dos sectores estratégicos.

"Se trata de un problema vital", advierten desde UPA Joven, "pero reversible si las autoridades se ponen ya manos a la obra". Para ello la organización ha elaborado un decálogo de medidas capaces de revertir las causas , principalmente económicas y sociales.

La actividad agraria es un trabajo prácticamente vetado a los jóvenes. "Es casi imposible que un joven se convierta en ganadero o agricultor si no viene de una familia con uno de esos negocios", dicen en UPA Joven. Incluso para aquellos con familias que trabajan el campo tienen muchas trabas que impiden que sigan con el negocio familiar y abandonen el campo. Las más problemáticas son el alto precio de la tierra, la rigidez del mercado, la escasez de arrendamientos y el enorme capital necesario para emprender estas actividades.

Además de estas barreras, los jóvenes tienen otras que afectan a toda la comunidad, como son el acceso a servicios, infraestructuras y derechos básicos para los ciudadanos de las urbes, pero cuyo acceso es cada vez más complicado para la gente del medio rural. Los ejemplos más alarmantes son la merma de instalaciones sanitarias y educativas, la deficiente oferta de medios de transporte y el menor acceso a las comunicaciones.

Para remediar estos problemas y fortalecer a la juventud del rural, UPA Joven propone el siguiente decálogo de medidas:

1. Apoyo más contundente a la incorporación de los jóvenes. Una política activa de apoyo a la incorporación tiene que enmarcarse en distintos aspectos como las ayudas directas, préstamos a bajo interés, exenciones de impuestos de transmisión y sucesión, flexibilidad de avales, etc.

2. Plan de acceso de tierra para jóvenes. Dado el encarecimientos especulativo del mercado de la tierra, es preciso y urgente elaborar medidas dirigidas a favorecer la oferta y arrendamiento de tierras, así como la venta de las mismas.

3. Mayor facilidad en la transmisión de explotaciones. Se debe facilitar la transmisión de explotaciones, especialmente en los casos de cese anticipado de la actividad agrarias, eliminando obstáculos de tipo restrictivo que impidan o dificulten el acceso a la titularidad de las explotaciones.

4. Creación de organismos de transmisión de tierras. No se puede concebir un programa de jubilación anticipada sin la constitución de organismos de transmisión de tierras que actúen haciéndose cargo de las tierras en arrendamiento o transmitidas en propiedad, con el objeto de transmitirlas posteriormente según las siguientes prioridades: agricultores jóvenes, ampliación de superficie en pequeñas explotaciones y conservación del medio rural.

5. Exención de los gastos de transmisión de tierras a las pequeñas explotaciones (gastos de notaría, registro de propiedad, impuesto de transmisiones, etc.). Asimismo, se deben facilitar ayudas en forma de subvenciones y/o créditos para los pequeños y medianos agricultores que compren tierras a los agricultores que se acojan al programa y puedan así aumentar la dimensión de sus explotaciones.

6. Mejora del entorno rural. No podemos consentir la existencia de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Las personas que habitan el rural español tienen que tener los mismos derechos, servicios y oportunidades que aquellos que viven en las ciudades. Por tanto, es necesario mejorar las infraestructuras y los servicios en el campo para que sus habitantes tengan un acceso real a la sanidad, a la educación.

7. Facilitar el acceso a la jubilación anticipada. Un programa de jubilación anticipada debe ser fácilmente accesible, tanto para los agricultores que desean cesar en su actividad, como para aquellos a los que se traspasan las tierras.

8. Desarrollar políticas que fomenten el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación dentro del medio rural. Esto no sólo para modernizar nuestra producción, también para romper la brecha digital que se produce entre la ciudad y los pueblos y que así los habitantes de ambos tengan el mismo acceso a la libertad de información y de expresión.

9. Prioridad hacia los agricultores jóvenes. Culaquier medida que pretenda establecer diferencias o criterios de prioridad entre explotaciones agrarias tiene que tener como elemento diferenciador, desde un punto de vista positivo, a las explotaciones cuyos titulares sean agricultores jóvenes.

10. Fortalecimiento de los programas formativos y del asociacionismo juvenil. Tanto la formación de los agricultores y ganaderos jóvenes comoconstituye una de las bazas fundamentales para lograr una agricultura moderna y competitiva. Por ello, es preciso que la Administración apoye con más decisión los programas de formación que realizan las organizaciones agrarias.